Como habíamos previsto, todos los vuelos se han cancelado, excepto el nuestro; acertamos en la compra, al habernos dado cuenta de que ese avión llegaba desde Bruselas, y para nada dependía de España; así que, con un poco de suerte, en menos de tres horas estaremos en París. He podido comprobar que en España, la situación no mejora mucho, y el Ejército ha tenido que tomar el control de los aeropuertos; una situación bastante lamentable, en la que no puedo más que mostrar mi apoyo y ánimos a todos aquéllos que estáis dando vueltas por algún aeropuerto sin haber conseguido llegar a vuestro destino; sinceramente, lo siento. He de deciros también, que a la hora de quejaros, pensad que las compañías aéreas no tienen la culpa, e incluso me atrevería a decir, que ni los propios controladores, que han organizado este caos: con el presente Gobierno, Aena tiene una impresionante deuda que nunca ha tenido a lo largo de su historia; deuda que surge de las importantes inversiones en infraestructuras, que se han llevado a cabo por empresas amiguitas del susodicho Gobierno; por lo tanto, está más que claro, que si se le hace la vida imposible a los controladores aéreos, éstos liaran el caos necesario para distraer la atención del ciudadano, y que la realidad no se sepa bien … No sé, pero el caso, es que, como dice mi novia, juegan con las ilusiones de miles de personas; ilusiones que ningún plan político, indemnizaciones o promesas, van a devolver; parejas y familiares que habían ahorrado durante mucho tiempo para verse, y ahora, están separados en aeropuertos diferentes, dándoles ganancias a las compañías telefónicas; personas que volvían a sus puestos de trabajo, y tal y como andan las cosas, no es el momento más indicado para tener que dar explicaciones a los jefes …
Espero que todo recupere la normalidad pronto, y que no dejemos que la Red de Aeropuertos Españoles, caiga en manos de inversores extranjeros, deseosos de poseer éste tesoro, que es la mayor riqueza de nuestro país: el turismo. Suena radical e incluso catastrófico, pero realmente, es lo que ocurrirá si ésto continúa así … No os agobio más, que mi avión sale ya para París; hasta la vuelta.