Un raro título para un nuevo post, pero como buen gallego que soy, creo que era el más adecuado para describir la cantidad de imprevistos y sucesos inexplicables que nos ha llevado a tener que cancelar el viajecito de este finde a Malta. Ya estaba todo perfectamente planeado; de hecho, ya tenía la mochila lista, la cena para el Aeropuerto, y la comida comprada para el apartamento de Sicilia, pero cuando me disponía a salir de casa, una llamada de mi novia, confirmaba la cancelación de su vuelo Santiago-Madrid, como ya antes habíamos previsto, basándonos en un cúmulo de experiencias anteriores, que por pura estadística siempre acaban mal, pero que aún puede llegar a ser peor, cuando las compañías, los controladores, o cualquier trabajador decida liarla en serio; si es mal de ojo, mala suerte, o simple casualidad, será un tema que abordaré de forma mucho más extensa en otra ocasión. Ahora, me espera una noche muy larga por delante, para reflexionar, y para improvisar un nuevo plan que nos haga olvidar a Sandra y a mí, esta mala experiencia. Supongo, que aprovechando la Alta Velocidad, tomaremos un tren a Segovia o Toledo, y allí reservaremos un apartamento, en el que aprovechar la comida comprada, y poder llevar a cabo los mismos planes que estaban previstos en Sicilia, pero aquí cerquita. Pero bueno, lo que sí que tenemos clarísimo es que nos vamos a ir, que nos lo vamos a pasar genial en lo que iba a ser la escapada para celebrar mi cumple, y que nadie va a conseguir amargarnos el finde …. Ya os contaré a la vuelta, qué ha pasado con la cancelación del vuelo de mi novia, a qué hora ha conseguido llegar a Madrid, y qué hemos hecho al final.