¿Por qué lo digo? Muy sencillo: estoy escribiendo la presente entrada al blog desde un ordenador portátil, ya que el de sobremesa ha decidido no encenderse más; esta mañana, tempranito, como siempre, me decidía yo a reservar el hotel de Berlín, cuando ví que no se encendía el ordenador; no detectaba el disco duro, así que lo desmonté rápidamente, y lo conecté por USB a otro ordenador; nada; seguía sin reconocer el disco duro; Metí el disco de Windows, a ver si pasaba algo, pero nada; el servicio técnico sólo puedo confirmarme lo que yo ya me esperaba; se había borrado todo el disco duro; no se podía salvar nada; no se conoce aún la causa, aunque sí que me dijeron que eso no pasa; que es un fallo del disco duro totalmente infrecuente; un virus se puede cargar los archivos de arranque o lo que sea, pero no hacer que un disco duro no sea reconocido.
Total, que en dicho disco duro, estaban las fotos que aún me quedaban por ordenar y renombrar, ciertos documentos de importancia, los típicos programas, música y los documentos y billetes necesarios para los próximos viajes. Ahora, estoy intentado recuperar las reservas con Ryanair, EasyJet y RENFE. Luego, comprobaré el disco externo para ver exactamente cuántas fotos se han perdido.
En cuanto tenga todo lo de Berlín otra vez en mis manos, y por lo menos el número de confirmación de próximos viajes, ya os avisaré.