Literalmente, aún con la miel sarda en los labios, estoy imprimiendo ya algunos planos y billetes para mi próxima escapada a Oslo; tendrá lugar este fin de semana, como regalo de Reyes a mi hermano pequeño. Así que, para darles ánimo a los dichos virus gripales, ansiosos de crear molestias, pasaré de los 23 ºC de Cerdeña a los –23 ºC de Oslo; no está mal, un cambio de más de 40 º en tan sólo unos días, pero no pasa nada, ya que dichos días los pasaré en Madrid, dónde el tiempo no es precisamente bueno, y así ya me voy aclimatando. Más o menos según lo previsto, esta escapada pondrá fin a la etapa viajera de este último año, que en lo que a viajes se refiere, no ha estado nada mal; podría ir mejor, pero también peor, así que no me puedo quejar. Los últimos tres meses, han marcado el punto de inflexión entre viajes sin muchas ataduras de horarios, y una época de viajes condicionados por puentes, vacaciones y días libres; si bien, dichas ataduras, se verán compensadas por mejores condiciones económicas, ya que espero, que pronto deje de pertenecer a esa maldita lista en la que muchos españoles nos encontramos: el dichoso paro.

Con respecto a nuevos viajes, proyectos y destinos, poco puedo decir de momento; aunque, por encima de todas las pequeñas escapadas, hay un claro objetivo para este nuevo año que entra, el de conocer cuatro países nuevos: Rusia, Turquía, Túnez y Rumanía.

Según vaya teniendo nuevas noticias, reservas, proyectos, planes, …, lo que sea, ya os iré contando. De momento, voy a seguir planeando bien el finde en Oslo. Hasta pronto.

Ahhhh!, y que os traigan muchas cosas los Reyes Magos; espero que hayáis sido muy buenos, y si tenéis la suerte de poder elegir, pedir una escapada a algún lugar nuevo, que os aleje un poco de la rutina.