Recién llegado de Mallorca, cansado, y con un estado de salud lamentable, a simple vista podría decir que ha valido la pena esta escapada. Quizás sea la más corta que he hecho, pero sin duda una de las más necesarias, por tres motivos principales: 1) Pasar una noche con mi novia con motivo de su 28 cumpleaños; 2) Puesta en común de objetivos e ideas futuras; 3) No seguir dando satisfacciones a tantos envidiosos. Aunque sigo malo, he logrado cumplir estos objetivos; si no mejoro, supongo que esta semana iré otra vez al médico, a ver si me receta algo nuevo, algo que me cure, y no engañe al cuerpo …
El viaje comenzó en Alicante, donde me reuní con Sandra, para partir hacia Mallorca, tras comprar algunas botellitas de vino, que amenizarían la velada. Al llegar, el personal del hotel, todo un encanto, nos tenía la cena guardada (ya se sabe que en lugares frecuentados por alemanes e ingleses, la cena se sirve mucho más pronto); tras la cena, comenzarían nuestras largas charlas, de las que surgirían muchas conclusiones, objetivos y demás ideas futuras; sólo hay que intentar cumplir y llevar a la práctica dichos objetivos e ilusiones futuras. Somos conscientes de que la economía y los inconvenientes de llevar una relación a distancia, marcan algunas dificultades a la hora de intentar cumplir todas las promesas que durante una noche salvaje se exponen en torno a dos vasos de vino, pero con el empeño de los dos, también sé que lo podemos lograr …
28 añazos que cumplió mi novia, y un mes más que se suma a esta relación que ya va camino de los 12 añitos (y los que nos quedan …). Un montón de años aguantándonos, interpretando en la distancia, y a veces casi en el silencio de la distancia, nuestras diferencias, nuestras incompatibilidades, nuestros temores, nuestros enfados, …, pero también compartiendo abiertamente con todo el mundo, nuestras alegrías, nuestras ambiciones, nuestros planes, … Quizás sea en esta parte, donde algún comentario de cualquier envidioso, nos hace pensar y/o dudar de nuestros actos, y a veces, incluso discutir … pero qué curioso, que alrededor de la discusión creada por algún envidioso, aparecen amigazos del alma (que no son otros, que los propios envidiosos) que te quieren ayudar … Que irónico.
El caso, es que nosotros nos lo pasamos de puta madre, y pensamos seguir haciéndolo a gusto ó no, de los demás; como dice mi abuela, muy sabia, "nunca llueve a gusto de todos" … Así que, pensamos seguir así, confiando el uno en el otro y apoyándonos en lo bueno y en lo malo, alcanzando así esa compenetración complementada por el cariño, que ya muchos críticos quisieran tener alguna vez, ya no sólo en su relación, sino en su amargada vida.
Ya no me enrollo más, que más que un relato de un viaje, parece un monólogo reflexivo. Sólo acabar, recalcando que nos los pasamos de puta madre, en nuestro modesto hotelito de la playa, en la zona de Can Pastilla (entre la costa y el Aeropuerto), y que pensamos seguir haciendo muchas escapadas de éstas, ya que recargan la batería de la relación; es cierto que nos vemos poco, pero haciendo la media, nos llegamos a ver de dos a tres veces por mes, lo cual implica más de ocho días al mes juntos; pues bien, en muchos pueblos, la vida de las parejas consiste en trabajar durante la semana, y si eso, el finde se ven el Domingo, por lo que se limita la vida en pareja a cuatro o cinco días al mes … ¿Cuál es mejor? Pero no sólo eso: nosotros cuando nos vemos, siempre es para hacer algo especial, mientras que las parejas a las que me refiero, no tienen más que contar del finde, que quedaron en una cafetería para tomar algo … Qué triste … Y encima, se atreven a criticar o dar consejos a los demás.
Bueno, ahora a recuperarme del todo, que quedan muchos findes viajeros por venir, a cada cuál más intenso, si cabe, que el anterior: Tenerife, Malta, Londres, Dublín, Lanzarote, Granada, …