Intenso, el fin de semana relajante en Benidorm …


Pues ya estoy aquí de nuevo, de vuelta de esta corta escapadita relajante. Hemos elegido para la ocasión, una de las zonas más turísticas de España: el área costera entre Alicante y Valencia … aterrizamos en El Altet, y nos fuimos desde Manises, parando en Alicante, La Cala de Finestrat, Benidorm, Denia, Gandía y Valencia. Primero fuimos al centro de Alicante, para ver el Puerto Deportivo y el Castillo de Santa Bárbara; esté es quizás el punto de mayor interés turístico; se trata de una fortaleza defensiva construida en el período árabe; como curiosidad, decir, que si se mira de lado, se puede ver la silueta de “la cara del moro”, símbolo de la ciudad.

Alicante (Castillo de Santa Bárbara)

Continuamos hacia Finestrat en el recién inaugurado FGV. Nos bajamos en la Cala (entre Benidorm y Villajoyosa), donde tendríamos nuestro moderno apartamento, justo al lado del Gran Hotel Bali (el que fuera el edificio más alto de España hasta la construcción de las torres de Madrid). Era una zona típicamente turística, repleta de pubs y restaurantes abarrotados de ingleses y alemanes que cantaban alrededor de mesas inundadas de cerveza.

Finestrat

Tras dejar las cosas en el apartamento, y coger vestimentas adecuadas, nos fuimos a Terra Mítica, y como hacía mal tiempo, estaba casi sólo para nosotros, por lo que nos pudimos montar en todas las atracciones sin esperar ninguna cola. Cuando fuera la primera vez, lo recordaba casi exclusivamente parque temático, aunque actualmente, tiene muchas más atracciones que espectáculos; de todas formas, no ha perdido el encanto basado en la decoración a modo de civilizaciones mediterráneas.

Terra Mítica

Compras en el Carrefour (al lado del apartamento, por cierto), cervecitas y ducha, y nos bajamos a la cala, a tomar algo por la noche; muy buen ambiente, al lado de la playita, aunque los precios, ya se sabe, un poco elevados.

La Cala de Finestrat

Después de la gran cena en el apartamento, amenizada con vino y ron, nos fuimos a descansar. Al día siguiente, desayunamos, y tras dejar el apartamento nos fuimos al centro de Benidorm, parando en sus dos playas (Poniente y Levante), que están separadas por el casco histórico, lleno de tiendas y restaurantes.

Benidorm

Continuando con la recién inaugurada línea de FGV, llegamos a Denia, otro enclave turístico de la zona, aunque éste ya pertenece a la Marina Alta (provincia de Valencia). Tras unas fotos en el puerto y un breve recorrido por la ciudad, nos fuimos a la estación de autobuses, donde aprovechamos para reponer fuerzas con el bocata de choricitos que habían sobrado. Después cogimos un bus a Gandía, y posteriormente al típico reconocimiento de la zona, tomamos otros bus urbano a la Playa de Gandía. De características similares a los anteriores enclaves turísticos, aunque quizás más conocida, Gandía cuenta con una playa enorme seguida de un modesto puerto deportivo, ambas recorridas por un paseo marítimo lleno de bares, restaurantes, pubs y discotecas (recordemos la mítica CocoLoco).

Playa de Gandía

Según cogíamos el Cercanías hacia la Estación del Norte (Valencia), nos dábamos cuenta inevitablemente de que nuestro viaje tocaba su fin. Una vuelta por Valencia, ya visitada en varias ocasiones, y el Metro al Aeropuerto de Manises, dónde nuevamente, una oferta de Ryanair se encargaría de devolvernos a Madrid.

Valencia

Ajustando el tiempo al máximo, dejamos a mi novia en Chamartín, desde dónde cogería un tren a Santiago, ya que el Lunes por la mañana debía estar sin falta a las ocho de la mañana en el curro. A mí me esperaban las Prácticas de Ingeniería y una larga recuperación …

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