Acabo de llegar de mi escapada a Santander y alrededores, y aunque ha salido todo bien, el tiempo no nos ha acompañado ni un poco; hemos llegado empapaditos; con un dolor de garganta impresionante …
Llegamos a Santander muy prontito, con un vuelo de Ryanair, y sin perder tiempo, tomamos un autobús a Torrelavega (con intención de coger otro hasta Santillana del Mar); como nos sobraba tiempo en Torrelavega entre un bus y otro, nos fuimos a dar una vuelta, aunque la verdad, es que por muy importante que sea la ciudad, no tiene nada que ver; sólo alguna iglesia o plaza, como la Playa del Ayuntamiento; así que, como llovía bastante, nos volvimos a la estación de autobuses a hacer tiempo hasta que saliera el que iba a Santillana del Mar (ojo: los fines de semana no lleva hasta el Museo Altamira).
Santillana, aunque mucho más pequeño, es un pueblo precioso; no es que tenga mucho que ver, pero cuando hace buen tiempo, resulta muy agradable pasear por sus calles, que parecen sacadas de un cuento medieval; todo tiene su encanto; no hay ningún punto de interés principal; a mi parecer, hay que recorrerlo y verlo todo. Si nos salimos del pueblo hacia la Carretera General, cruzamos y subimos una pequeña cuesta que nos lleva directamente al Museo Altamira, emplazado muy próximo a las cuevas que llevan el mismo nombre; obviamente, por razones de conservación, ya no se permiten las visitas a las Cuevas, así que nos conformaremos con unas preciosa réplica en una de las salas del Museo; he de decir, que la reproducción es perfecta; se simulan incluso las humedades y las gotas de agua de las estalactitas.
Luego volvimos a Santander, comenzando nuestra visita por la Plaza del Ayuntamiento y el Mercado; bajamos por Calvo Sotelo hacia la Catedral; si os parece bonita por fuera, intentar ir cuando haya misas, y podréis ver el cláustro interior, que es precioso. Después, bajamos por el Paseo Pereda, subimos por Lope de Vega, y retrocedimos por Santa Lucía para ver la Iglesia que lleva el mismo nombre, y algunas otras de menor importancia; volvimos a bajar hacia el puerto, y nuestra idea era seguir hasta la Playa del Sardinero, o tomar un barco al otro lado, para ver Somo y Pedreña … Pero el tiempo no acompañaba; nos mojamos por todos los lados …. Así que nos metimos en un restaurante, y nos pegamos una pequeña comilona con los productos típicos de la zona …
Volveremos en verano, y disfrutaremos de las atracciones turísticas más costeras, con un mejor tiempo, claro …. Y, ahora, me despido ya, que en breve llega mi novia, que viene a pasar unos días a Madrid, y debería ducharme antes, para que mi costipado no aumente más de lo normal … Os cuento más el Lunes.